Maxilofacial

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¿Que es la cirugía maxilofacial?

La cirugía maxilofacial abarca la prevención, diagnóstico y tratamiento de trastornos relacionados con la cara, áreas de la boca y cabeza. Su enfoque incluye la gestión de diversas enfermedades infecciosas e inflamatorias, así como la corrección de deformidades y defectos genéticos o adquiridos. Esta disciplina, de alcance amplio, se centra especialmente en abordar resultados traumáticos, malformaciones, neoplasias y efectos de enfermedades congénitas. Además de intervenciones reconstructivas y funcionales, también abarca procedimientos estéticos destinados a mejorar o modificar características faciales para lograr una mayor armonía.

El especialista en cirugía maxilofacial posee habilidades específicas en odontología, cirugía plástica, otorrinolaringología y neurocirugía, además de la formación general en medicina y cirugía.

¿En que casos puedo realizarla?

La intervención de un cirujano maxilofacial es esencial en los siguientes casos:

  1. Trastornos ortognáticos que afectan la capacidad de abrir la boca, con síntomas como movimientos incorrectos, ruidos en la articulación maxilar y dificultad para masticar.
  2. Síndrome de apneas obstructivas nocturnas (AOS) y malformaciones del paladar (queilo y palatosquisis). La cirugía maxilofacial posibilita la reconstrucción de los tejidos blandos y óseos mediante microcirugía.
  3. Problemas en las glándulas salivales, que se manifiestan comúnmente como inflamación en el área bajo la mandíbula, a menudo después de comer. La artroscopia es el método preferido para eliminar cálculos que obstruyen los conductos glandulares.
  4. Cirugía oral e implantología que involucra los tejidos maxilar, mandibular y gingival. Estas intervenciones se realizan para corregir maloclusiones y deformidades mandibulares.
  5. Cirugía reconstructiva de los huesos maxilares y el esqueleto facial, especialmente para tratar fracturas faciales causadas por diversos tipos de accidentes. Incluye intervenciones en pómulos, nariz, mandíbula y lengua, así como la colocación de implantes dentales y la extracción de tumores malignos en lengua, mejillas y labios.
  6. Cirugía estética maxilofacial, dedicada a realizar correcciones cosméticas faciales, como cambiar la forma del óvalo de la cara, la posición de los huesos de la nariz, pómulos, barbilla y mandíbulas. Estas intervenciones suelen dejar cicatrices mínimas y ofrecen resultados estéticos satisfactorios.

Proceso y Más


La cirugía maxilofacial es un campo especializado que aborda una variedad de condiciones relacionadas con la mandíbula y la cara. En el caso de correcciones de maloclusión o problemas de mordida, los pacientes pueden anticipar una mejora significativa en la alineación de los dientes y la funcionalidad de la mandíbula. Para procedimientos estéticos, los resultados buscan mejorar la armonía facial y la apariencia general.

En situaciones donde se abordan lesiones faciales, traumatismos o anomalías congénitas, los resultados se centran en la restauración de la función y la apariencia normal.

  1. Infecciones en la zona de la operación: Pueden resultar en la acumulación de líquido seroso o sangre bajo la piel. Por lo general, este líquido se reabsorbe en unas pocas semanas, pero en casos en los que esto no ocurra, podría ser necesario realizar una intervención quirúrgica.
  2. Queloides en el tejido cicatricial
  3. Retención de líquidos, conocida como edema o hematoma: Suele desaparecer en pocos días después de la intervención.
  4. Alteraciones en la sensibilidad y movilidad: Estos efectos pueden ser temporales y transitorios, afectando la capacidad de sentir y moverse en áreas específicas.

Similar a cualquier evaluación preoperatoria, se elaborará un historial clínico completo y se llevará a cabo un examen físico para determinar si eres un candidato adecuado para someterte al procedimiento. En la primera visita, es crucial discutir con tu médico tus expectativas, las posibles complicaciones y los riesgos potenciales. Esta conversación te brindará la oportunidad de aclarar cualquier duda que pueda haber surgido sobre el procedimiento y asegurarte de estar completamente informado antes de tomar cualquier decisión.

  • Abstenerse de fumar durante al menos cuatro meses tanto antes y después de la operación.
  • Evitar el consumo de medicamentos que puedan aumentar el riesgo de sangrado, y suspender cualquier píldora anticonceptiva.
  • Análisis de sangre específicos, especialmente si existen factores de riesgo como obesidad, diabetes o enfermedad coronaria.
  • En caso de seguir dietas particulares, se pueden prohibir algunos alimentos como ajo, tomate, ginseng y piña, podrían interferir con los procesos de coagulación.
  • Higiene bucal en los días previos a la cirugía, utilizando enjuagues bucales desinfectantes.

Las intervenciones maxilofaciales se llevan a cabo bajo anestesia general. Antes de la cirugía, te reunirás con un anestesiólogo quien determinará el tipo de anestésico más adecuado para tu caso. Es fundamental contar con asistencia postoperatoria, ya que los efectos de la anestesia pueden persistir durante varias horas después del procedimiento.

Una vez que estás bajo anestesia, en el quirófano, los médicos colocarán un catéter venoso en el brazo para la administración de líquidos y un tubo que facilitará la administración de oxígeno para mantener una adecuada respiración.

Cada procedimiento implica una técnica única que difiere en duración y complejidad, influyendo directamente en el periodo de descanso y la recuperación completa. Durante el proceso de recuperación, se proporcionarán medicamentos analgésicos.

Es probable que la capacidad de masticar alimentos sólidos se vea afectada temporalmente, comenzando con una dieta líquida y progresando a alimentos semi blandos. Se recomienda consumir batidos de frutas frías, sopas homogeneizadas de pollo o verduras.

Es esencial intentar levantarse y caminar tan pronto como sea posible, manteniendo una postura adecuada con la cabeza elevada. Se desaconseja la participación en actividades deportivas durante las primeras 8 semanas, ya que movimientos bruscos podrían comprometer los resultados de la operación en esta fase inicial.

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